Como ya he comentado en alguna ocasión, si pretendiera travestirme, no necesitaría sombra de ojos; así de poderosas son mis ojeras estos días.
El sueño es una parte importantísima de nuestras vidas: mientras dormimos, muchas de nuestras neuronas están en frenética actividad, recuperando nuestras experiencias del día y organizándolas mejor; en el proceso, tenemos alucinaciones de todo tipo, y soñamos.
Que recordamos mucho mejor lo que hemos estudiado si dormimos justo después de estudiar, es algo comprobado. Lo que no sé cuán comprobado está es esto del aprendizaje onírico, y todas esas cosas.
De los sueños lúcidos no sé qué decir: alguien que, durante el sueño, se “da cuenta” de que está soñando y pasa a ser capaz de razonar, controlar el sueño, y todas esas cosas, como si fuese consciente, ¿es realmente consciente o es únicamente otro sueño? Alguna vez he probado a intentar tener sueños lúcidos, con diversos resultados, pero tengo mis dudas.
De todos modos, es indiscutible que dormir es fantástico, incluso cuando se tienen pesadillas; dormir poco es malo, incluso a pesar de que algunos vean correlaciones entre sueño corto y vida larga.
Otro día hablaré de los buhos y las alondras :-)