Entre barras
Por Jacobo Tarrío
20 de agosto de 2003

Bueno, si, ya sé que la expresión en castellano es “entre rejas”, pero si no, me quedaba sin juego de palabras.

¡Oh, el ubícuo código de barras! Lo encontramos en todas las cosas que compramos, y en las películas, las máquinas se los tatúan a los humanos; sin embargo, ¿cómo es la vida secreta de un código de barras? Aaah, quién sabe.

Imagen de un código de barras EAN-13.

Seguro que muchas veces habrá mirado códigos de barras como el de arriba, y habrá observado ciertas características.

Por ejemplo, los códigos estos siempre tienen 30 barras negras. ¿Se había fijado? ¿No? Cuéntelas. A cada número del código le corresponden dos barras negras; hay, además, seis barras “marcadoras”; son las dos barras finas que hay al principio, al final y a la mitad del código de barras.

Piénselo bien: hay 30 barras; seis de ellas son marcadoras, invariables; las otras 24 corresponden a los números del código; dos a cada número. Sin embargo, si los cuenta, ¡verá que hay 13 números! ¿De dónde sale este?

Se lo explico, pero antes, toca lección de historia (hay tantas cosas que suceden por motivos históricos)…

Los códigos de barras que encontramos en las etiquetas siguen un estándar llamado EAN-13, que está basado en un estándar inventado en los EE.UU., llamado UPC-A. Este estándar dice que el código de barras lleva 12 cifras, indica cómo se codifican las cifras, etc. Como los europeos quisimos utilizar códigos de barras, y el estándar UPC-A, como tantos estándares americanos, no servía para ser utilizado en varios países del mundo, se inventaron el EAN-13.

El EAN-13 se desarrolló de forma que un código UPC-A fuera también un código EAN-13 (pero no al revés, claro). Los códigos EAN-13 tienen una cifra más que los UPC-A (esta cifra se añadió al principio del código de barras); cuando un lector de códigos EAN-13 leen un código UPC-A, interpreta esta cifra adicional con un 0.

Las primeras cifras de un código de barras EAN-13 determinan el país al que corresponde ese código de barras; por ejemplo, el 0 es para EE.UU. y Canadá (por motivos obvios); España tiene el 84, y Grecia el 520.

Las siguientes cifras identifican al fabricante. En cada país hay un organismo encargado de darle números a los distintos fabricantes, asegurando que no haya dos con el mismo número. Los siguientes dígitos corresponden al producto; este número es asignado por el propio fabricante. Esta jerarquía de asignaciones permite asegurar que no existan en el mundo dos productos con el mismo código de barras. Esto de “dos productos” se refiere al género, no al ejemplar; o sea, todos los botes de tomate frito “Orlando” de un supermercado tendrán el mismo código de barras, por supuesto :-)

Las longitudes de los códigos de fabricante y producto dependen de la autoridad nacional; normalmente, el código de fabricante tiene cuatro o cinco cifras; sin embargo, si un determinado fabricante tiene previsto fabricar pocos productos, como no va a necesitar las cinco cifras para los productos, para evitar que se desperdicie “espacio de códigos”, puede comprar un código de fabricante con más cifras.

La última cifra del código es un “dígito de control”, que se calcula a partir de las otras cifras, y que sirve para detectar errores a la hora de leer o teclear el código de barras.

Imagen de un código de barras UPC-A.

Ahora vamos a fijarnos en las propias barras, comenzando por un código UPC-A (que es más simple), como el de arriba. Cada cifra se codifica mediante dos barras negras (y espacios blancos de anchura variable); si se fija, puede ver cómo se codifican los pares de ceros. Sin embargo, la codificación que se utiliza en la parte izquierda es distinta de la utilizada a la derecha; esta diferencia en la forma de codificar permite leer correctamente un código de barras puesto al revés (lo ha visto hacer miles de veces en el supermercado).

Ahora volvamos al código de barras EAN-13 (es el primero que aparece en esta historia). La parte derecha del código se codifica de la misma forma que el código UPC-A; sin embargo, en la parte izquierda se utilizan dos codificaciones distintas; una codificación “impar”, que es como la de la parte izquierda del código UPC-A, y una codificación “par”, que es como la de la parte derecha, dada la vuelta.

Estas dos codificaciones se emplean para codificar la cifra adicional del código EAN-13, sin tener que añadir barras adicionales al código de barras. Si todas las cifras se codifican con codificación impar, esta cifra es un 0; si no, siempre habrá tres cifras con codificación par y dos con codificación impar; la forma en que se distribuyan determina la cifra adicional.

Para más información: http://www.barcodeisland.com/ean13.phtml , historia de los códigos de barras.

Otros artículos sobre “Tirando Líneas (2002-2004)”, “códigos de barras”.
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