Puf.

Tengo los pies reventados. He estado dando vueltas Dublín arriba, Dublín abajo. He visto muchas cosas… ¡y lo que me queda todavía por ver!

Hoy, por ejemplo, he visitado el edificio del “departamento del Taoiseach”. El Taoiseach (se pronuncia “tishoc”) es el Primer Ministro de Irlanda, que estos días es un tío llamado Bertie. Paseando ayer vi un letrerito que decía que los sábados por la mañana se podía visitar el edificio por dentro, así que hoy aproveché la oportunidad: he visto el despacho de Bertie, las escaleras donde recibe a los mandatarios internacionales y el salón donde celebran los Consejos de Ministros.

No se podían sacar fotos en el interior, pero sí en el exterior:

El cielo azul es tan infrecuente en Irlanda que le he dedicado casi media foto.

También he visto dónde se pueden conseguir sustancias químicas puras; en un lugar situado convenientemente cerca del Trinity College, de la Galería Nacional de Arte y de los edificios del Gobierno.

Toda ciudad tiene un símbolo fálico. Barcelona tiene la Torre Agbar; Washington tiene el Monumento a Washington y Dublín tiene un pirulo metálico de 120 metros de alto:

Esto lo terminaron de colocar en el año 2003, y está donde había estado hasta 1966 la columna de Nelson. (En 1966, en celebración del 50 aniversario del Levantamiento de Pascua, un grupo de ex-miembros del IRA voló la Columna de Nelson. Como el pedestal resultó muy dañado y no se podía aprovechar para poner otra estatua en lugar de la de Nelson, el ejército lo demolió con explosivos dos días más tarde. La demolición del pedestal por parte del ejército causó más daños materiales que la bomba puesta por los ex-IRA).

De momento nada más. He visto más cosas, claro, pero he de dejar algo para contar otro día, ¿no?

Y vosotros, ¿qué habéis hecho estos días?