En realidad, los números complejos no son nada complicados, a pesar del nombre. Yo creo que el problema es el nombre de “números imaginarios”, cuando no son más imaginarios que los números fraccionarios o los números negativos, y éstos se los enseñan a niños de ocho años.
A éstos se les enseña la suma diciendo que si Pepito tiene dos manzanas y recibe otras dos tendrá cuatro, y el producto diciendo que si quiere dar dos caramelos a cada uno de sus cinco amigos tendrá que repartir diez.
Yo creo que se puede enseñar los números imaginarios de la misma forma explicando, por ejemplo, que si Pepito quiere dar 2i caramelos a cada uno de sus 5i amigos, acabará recibiendo 10 caramelos. A mi me parece que éste es un ejemplo sencillo, intuitivo y fácil de entender. ¿No os parece?