Fotografías nocturnas
Por Jacobo Tarrío
30 de julio de 2002

Ahora que me he comprado una cámara digital que permite realizar exposiciones un poco largas (hasta 15 segundos), estoy haciendo unas cuantas fotografías nocturnas.

Cuando (en aquellos tiempos en los que tenía ídem) fui a un cursillo de fotografía, nos llevaron para sacar unas cuantas fotos de noche, sin flash ni nada que se le parezca. Evidentemente, el mérito está en que las fotos salgan claras; y si pueden salir nítidas, aún mejor.

El truco (por supuesto, hay truco) está en decirle a la cámara que tienes cargado un estupendo carrete de 3200 ASA (o más), y medir la luz con eso. Después, empiezas a dividir el ASA por dos, y a duplicar el tiempo de exposición cada vez que divides el ASA; cuando llegas a la sensibilidad real de la película, paras, y, en principio, tienes el tiempo de exposición.

Pero el truco no para ahí, porque la reciprocidad no funciona a estas velocidades. Me explico: normalmente, los carretes están pensados para que la respuesta a la luz entrante sea más o menos lineal, en condiciones normales. Lo que pasa es que una exposición de 13 segundos o dos minutos, por más que insistamos, no son condiciones normales, y esta linealidad falla.

Por suerte, en las webs de los fabricantes podemos encontrar unas gráficas que nos indican cuál es el tiempo que realmente debemos exponer, conociendo el tiempo teórico. Por ejemplo, en la curva que se puede encontrar en esta página web aparece la curva de la película “Fujichrome Velvia”.

Por ejemplo, si tuviésemos de esta película en sensibilidad 50, y quisiésemos sacar una foto nocturna con ella (oigan, es un ejemplo), podríamos medir la luz diciéndole al medidor que la película es de 3200 ASA; supongamos que nos indica que pongamos medio segundo. Entonces, a 50 ASA esto supondrían unos 32 segundos “teóricos”. Miramos en la gráfica y vemos que en realidad tendremos que tener el obturador abierto durante unos 67 segundos. Lo hacemos, procuramos no tropezar con el trípode, y listo.

Bueno, casi listo, porque luego tendremos que hacer ajustes durante el revelado, etc, etc, pero la idea es esa.

Ahora, con la Canon digital, como no sé cómo es la ley de reciprocidad del CCD y veo inmediatamente cómo queda la foto y los errores me salen mucho más baratos, paso de todo esto: ajusto a ojo, miro el LCD y vuelvo a ajustar a ojo. Bastante menos científico, pero bueno… :-)

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