En los banquetes, la gente se pelea por sentarse a mi lado.
No es por mi entretenida conversación, no; es porque no me gusta el marisco (y así les toca más a ellos).
Aviso a los que organicen banquetes: por favor, no lo inicien con sólo marisco; hay gente a la que no nos gusta. En serio, es horroroso cuando se ponen con la mierda del marisco, horas y horas; y, mientras tanto, nosotros nos comemos el pan, nos bebemos la cocacola (o el vino, los que beban), y nos morimos de hambre, y nos desesperamos, y un día de estos va a haber una desgracia.
Están avisados.