Ritmos circadianos: cumbia vespertina
Por Jacobo Tarrío
11 de marzo de 2002

Nada, que cambio de tema, que el de la pornografía distribuida ya cansa. Es, dicen, el problema de trabajar en el negocio del porno; que desensibiliza mucho…

Mi historia de hoy trata sobre los buhos y las alondras. No las especies ornitológicas, sino las personas que se levantan temprano, tienen su pico de energía por la mañana y luego por la noche están cansados y se acuestan temprano (alondras) y los que, como yo, estamos pletóricos por la tarde, nos acostamos más tarde y nos levantamos todavía más tarde (buhos, uséase).

El tema es la reivindicación: la sociedad en la que vivimos ve mejor a la gente que se levanta temprano y se acuesta temprano (las alondras) que a los que nos acostamos tarde y nos levantamos tarde (buhos), aunque en esto terminemos durmiendo menos horas.

Es hora de terminar ya con la discriminación basada en los ciclos de sueño: desde aquí exijo bancos con horario de tarde, el reconocimiento público de los méritos de acostarse a las dos de la madrugada y levantarse a las diez, dibujos animados a primeras horas de la tarde los fines de semana, y que los bares sirvan desayunos hasta la una de la tarde.

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El autor discúlpase ante su numerosa audiencia porque hoy ha cometido, que no perpetrado, un par de erratas que le han obligado a editar un par de veces esta historia. Es una muestra más de los peligros que entrañan las tempranas horas matutinas, que espero que convenzan de sus perniciosos efectos en la salud a los escépticos que puedan quedar tras tan esclarecedora historia en mi weblog. He dicho.

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