Hay muchos filósofos y otros estudiosos de las “Humanidades” que están realmente fascinados por la Física; en particular, por la Mecánica Cuántica. Y eso, a pesar de que no la entienden bien – o, tal vez, precisamente porque no la entienden bien.
Así empiezan a hablarnos de que la realidad la construimos nosotros mediante el acto de observación en tanto que somos seres conscientes porque el gato no está muerto hasta que lo vemos muerto, o de que tenemos libre albedrío porque las partículas subatómicas se mueven al azar, o de que … bueno, ya entienden la idea.
Pero supongo que algunos tenemos suerte de que la Informática no les fascine así, y de que, incluso, les dé cierto repelús. Lo digo porque no me gustaría nada leer cosas como “he resumido el libro en este diagrama Entidad-Relación” o “la mente humana no se puede comprender a si misma en toda su amplitud, del mismo modo que una máquina de Turing no puede resolver el problema de la parada”.
Brrrrrr…