Uno viaja por los aires a gran velocidad en el interior de un cilindro de aluminio presurizado (vulgo “va en avión”) y tiene tiempo para pensar en muchas cosas.

Como, por ejemplo, si hubiese viajado en el tiempo y quisiera asegurarme de haber llegado al momento correcto preguntándole la fecha actual a alguien, ¿cuál sería la mejor manera de hacerlo?

Hemos visto esa situación muchas veces en las películas: el protagonista acaba de llegar de su cronoviaje y no está seguro de haber llegado a su destino. Camina desorientado entre jipis y moteros hasta que ocurre una de estas cosas:

• Tropieza con un mendigo, que le dice algo parecido a “eh, tío, mira por dónde vas, estás drogado o borracho, ¿tienes una moneda?”. El protagonista le dice “¿qué día es hoy?” y el mendigo le responde “pero tío, qué dices, estás drogado o borracho, es 28 de enero de 2008 ¿tienes una moneda?”. El protagonista se lo sacude de encima, le roba el dinero y se larga cojeando, y el mendigo le grita “¡cabrón!”
• Tropieza con un policía, que le dice algo parecido a “eh, tío, mira por dónde vas, estás drogado o borracho, tienes derecho a permanecer en silencio”. El protagonista le dice “¿qué día es hoy?” y el policía le responde “pero tío, qué dices, estás drogado o borracho, es 28 de enero de 2008, tienes derecho a permanecer en silencio”. El protagonista se lo sacude de encima, le roba la pistola, le amenaza con ella y se larga corriendo, y el policía le grita “¡cabrón!”.

Si yo me viera en esa situación, querría evitar ambos escenarios.

Por suerte, se me ha ocurrido un escenario alternativo, que no resultaría en ningún peligro para mi integridad física y proporcionaría a alguien una interesante anécdota para los próximos, no sé, cinco minutos.

El primer paso de mi plan consiste en localizar un teléfono público. (Soy consciente de que esto restringe la aplicación de mi plan a un estrecho margen de fechas que va desde mediados del siglo XX a dentro de tres años, pero seguro que podría inventar variaciones para fechas anteriores y posteriores.)

Una vez localizado el teléfono, marco un número al azar. Si alguien contesta, la conversación iría más o menos así:

– ¿Dígame?
– Hola, buenos días, le llamo de la compañía telefónica. Nos han informado de problemas de retardo en su zona y estamos haciendo unas pruebas, ¿podría decirme qué día es?
– ¿Disculpe?
– Dígame qué día es para ver si tiene problemas de retardo en su línea, por favor.
– Pues… es 28 de enero de 2008.
– 28 de enero… muy bien, y ¿durante cuánto tiempo ha sido 28 de enero en su ubicación?
– Oiga, ¿es una broma?
– No, señor, ya me gustaría que lo fuera. Llevo horas llamando a los abonados de su zona uno a uno, y tengo ganas de acabar de una vez. ¿Podría decirme durante cuánto tiempo ha sido 28 de enero?
– Durante… casi 17 horas.
– 17 horas… muy bien. Pues parece que está todo correcto y no tiene problemas de retardo. Si alguna vez experimenta alguno, si llama y le contestan al día siguiente o el día antes, no dude en llamar al teléfono de averías. Muchas gracias por su colaboración, y buenas tardes.
– Buenas tardes…