Mi paso al reverso tenebroso
Por Jacobo Tarrío
15 de agosto de 2009

Llevo usando Linux desde finales de 1996. Al principio, como todo el mundo, tenía arranque dual entre Windows 95/98 y Linux; sin embargo, cuando compré un ordenador en 2004 sólo le instalé Linux (aunque había hecho sitio para una partición Windows, al final no lo instalé), así que utilicé Linux de forma exclusiva hasta que compré mi ordenador nuevo hace un año.

Este ordenador vino con Windows Vista. Durante un rato pensé en vaciar el disco duro e instalar sólo Linux, pero al final decidí reducir el tamaño de la partición Windows e instalar Linux al lado. Esta partición quedó ociosa hasta hace un par de meses.

Hace un par de meses me di cuenta de que me aburría usando mi ordenador. Al fin y al cabo, incluso cuando se tiene una conexión a Internet, hay un límite para el número de LOLcats que uno puede ver en un día. Por suerte, me acordé de que tenía una partición Windows, y me compré la Orange Box. La Orange Box es una caja de color naranja con varios juegos (tres episodios de Half-Life 2, Portal y Team Fortress 2, por lo que recuerdo). Terminé Portal en cuatro horas, probé Half-Life 2 (no me gustó mucho, así que jugué poco) y luego me puse con Team Fortress 2, que me gusta mucho.

Justo antes de esto también había comprado una videocámara para hacer estos vídeos que pongo aquí de vez en cuando. Resulta que todos los programas de edición de vídeo libres para Linux son una mierda, pero en la partición Windows encontré el Microsoft Movie Maker, que no es muy bueno pero al menos funciona, así que con él podía editar mis vídeos aunque no pudiera hacer muchas florituras.

Entre una cosa y la otra, empecé a utilizar Windows bastante tiempo. No mucho tiempo, ojo, pero sí lo suficiente para que me preguntara: “¿Qué pasaría si utilizara más Windows?”

Una de las cosas que quiero probar es la programación para Windows, así que para tener una experiencia “auténtica” me descargué el Visual C++ Express, que es gratuito. Necesitaba un tutorial para empezar, así que abrí la ayuda del programa y pulsé en un enlace con el prometedor título “cree su primera aplicación en C++ para Windows”. Como suponía, esto me llevó a una página llena de instrucciones para hacer un programa que muestra una ventana con el texto “¡Hola, mundo!”. Sin embargo, el enlace para el siguiente paso no era “Añada un botón a la ventana” o “Haga que su aplicación sea interactiva” o algo parecido, que sería el segundo paso de un tutorial, sino algo como “Emplee el CLR desde C++”.

Aquí supongo que me encontré con una de las diferencias filosóficas entre el bando del Software Libre y el bando de… bueno, y el resto del mundo. Supongo que hay muchas empresas que publican libros con títulos como “Aprenda a programar para Windows en 24 horas” o “Guía de estudio para el examen de MSCE”, y se molestarían bastante si Microsoft incluyera un tutorial completo y gratuito en Visual C++ Express.

Por lo tanto, compré dos libros: “Windows via C/C++” y “Windows Internals” (prefiero hacer programación de sistemas). No los he abierto todavía (me quedan 350 páginas de “Guerra y Paz”), pero lo haré pronto.

Volveré a escribir cuando tenga más experiencia con esto de Windows.

There is an English translation of this story: “Coming to the dark side”.
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