Este fin de semana son las fiestas de mi barrio. Ya saben: una calle cortada, en la que se ubican los coches de choque y otras atracciones, los palcos con las orquestas, etc…
Ayer hubo fuegos artificiales (si es que en nuestro barrio nos lo montamos de puta madre). Bastante bonitos, por cierto, y mejores que los fuegos del Apóstol de los últimos años (aunque, por desgracia, no es difícil, ya que últimamente se les ha dado más por lo del “espectáculo de luz y sonido” y todas esas cosas).
Y hoy, ahora mismo, toca procesión. Grrrr, me han despertado. ¡Serán cabritos…!