Cada vez que me encuentro en una situación en la que no sé cómo actuar, me pregunto a mi mismo: “Si se encontrara en mi pellejo, ¿qué haría James Bond?”. Entonces, sé que la respuesta se encuentra en mi interior.
Por ejemplo, el otro día estaba en una fiesta benéfica en casa de un malvado multimillonario, jugando al bacarrá, cuando un camarero que pasaba junto a mi blandió súbitamente un picahielos con intención de clavármelo. Yo saqué rápidamente la pistola, pero una bella mujer con un vestido negro muy generosamente escotado lo derrotó de una patada en el mentón, y luego se acercó a mi.
He de reconocer que en ese momento no sabía qué hacer ni qué decir, pero entonces me acordé de pensar: “¿qué haría James Bond?”, y ya supe cómo actuar.
– ¿Es Vd. siempre tan energética? –le pregunté, mientras guardaba mi
pistola.
– Siempre que la situación lo requiere. Y Vd., ¿es siempre tan rápido?
– Sólo cuando la situación lo requiere. ¿Desea que le invite a tomar algo?
– No acepto bebidas de personas cuyo nombre no conozco, señor…
– Mi nombre es Tarrío. Jacobo Tarrío
La próxima vez que se encuentren en una situación socialmente ambigua, recuerden mi consejo y pregúntense a si mismos qué haría James Bond. Porque, al fin y al cabo, James Bond no tiene nada que no tengamos nosotros, si no contamos la Walther PPK, el Jaguar y la enorme cuenta de gastos.